Siguiendo con el planteamiento original del ejercicio, aquí están las imágenes de Robert Doisneau y su sentido del humor (que personalmente me encanta). Me parece sorprendentes no por su contenido, sino por el hecho de que los sorprendente sea la realidad, cuando en principio, son antónimos.
Generalmente lo original, lo sorprendente o lo llamativo destaca de la realidad, no es la realidad misma. Doisneau no solía pedir posados, por lo que es más que probable que estos hechos sean de verdad casualidades y eso lo hace más grandioso aún.
Esta piedra se ha ganado el derecho a estar aquí por méritos propios ¿Por qué? Porque es la foto de las mil y una historias: ¿La arrastraron? ¿Quién? ¿Cayó del cielo? ¿Vino rodando? ¿Alguna vez se movió?
Es una foto que, en realidad, son muchas, dependiendo de cómo nos imagináramos que sucedió. Eso me sorprende.
El Universo es sencillamente maravilloso, se merece un espacio allí dónde se hable de cosas asombrosas o sorprendentes, ya que tiene infinitas posibilidades para hacerlo.
Esta se explica sola.
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