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jueves, 27 de mayo de 2010

Objeto Creativo y Autofotoretrato

Objetos creativos:

El primer objeto creativo que pensé fue una caja-mesa. Una caja de cartón que tuviera unas patas dentro y que se desplegasen. La caja sería reversible para dar fuerza a las patas y por ello tendría que ir enganchada por dentro. Incluso experimenté con tubos de aluminio para las patas telescópicas. Hice el plano, detallé cada una de las partes, pensé en los materiales pero cometí un tremendo error. Se me olvidó pensar en la escala. Por lo que en cuanto intenté pasar del papel al objeto me di de bruces contra la realidad. Necesitaba una caja de un tamaño enorme para albergar todo el mecanismo que la permitía convertirse en mesa y que siguiera teniendo capacidad para llevar objetos dentro. Soy demasiado cabezón, y ahí no acabó la cosa, seguí buscando la caja, pero ninguna tenía las medidas que necesitaba. Pensé en fabricarla, pero vi que no tendría la misma consistencia ni el mismo aspecto estético que le da cohesión, por lo que abandoné la idea.

El segundo y el que voy a llevar a clase a la presentación es más bien un servicio creativo, que también se podía hacer. Siempre me ha llamado mucho la atención las cicatrices y las historias que albergan, me parecen un sistema de narración aún por descubrir, pues al verlas o preguntamos por la historia o no decimos nada por educación pero imaginamos como se la ha hecho (y generalmente es una historia interesante). En muchas películas, los más veteranos de casi cualquier oficio enseñan las cicatrices a los más novatos como demostración física de la experiencia acumulada y, a mí personalmente, me encanta ese momento. También me viene un poco influido por los partes de urgencia de las ambulancias de cruz roja, de las que soy voluntario, en las que aparece una figura por delante y por detrás y en la que se tienen que indicar todas las lesiones o traumas del paciente. Mezclando las dos ideas pensé en hacer un “mapa de las cicatrices”. Un pequeño y simple esquema en el que indicáramos (como si fueran ciudades) las cicatrices que teníamos. Y así recordaríamos parte de nuestra vida, al menos, la parte que nos ha “marcado”. Luego pensé que se iba a quedar un poco escaso, así que pensé en añadir también lesiones, marcas de nacimiento, tatuajes… Y al final me decidí por no hacer un mapa de las cicatrices, sino hacer las instrucciones y que cada uno se hiciera el suyo y añadiera lo que se le ocurriera. Y es de esa idea de dónde nace el servicio creativo de Mapa de las Cicatrices, con la intención de que la gente lo comparta con los demás y lo lleve a modo de explicación cuando no le apetezca hablar o, simplemente, para cuando decaiga la conversación.

Autofotoretrato:

Para el autofotoretrato, pensé en lo que se nos dijo en clase de que hablara de nosotros mismos, pero yo no soy una persona que guste de abrirse en público, soy más bien reservado en cuanto a mis sueños, esperanzas, ilusiones o pasiones. Por eso me he centrado en el aspecto exterior del autofotoretrato me he centrado en como soy por fuera.

Cuando pensé en cómo sería hacer un autofotoretrato pensé en la ingente cantidad de fotos que tendría que sacar hasta que viese aquella que me gustase para presentarla ante la clase, por lo que se me ocurrió que en vez de eso, podría posar de todas las maneras, sacar muchas fotos y enseñarlas todas.

No quería recurrir a un montaje de la foto en grande con pequeñas porque pensé que lo haría más gente (y de hecho así ha sido). Estuve un tiempo bloqueado, sin saber cómo haría para enseñarlas todas en una misma foto. De repente tuve una idea. Pensé en Mister Potato. Y eso es lo que hice. Hice muchas fotos con muchos gestos. Al principio y según cálculos estimados, por la cantidad de fotos y de gestos la combinación era de más de 17 millones de caras distintas. Luego, como siempre, vinieron los problemas. Algunos gestos nos e podían recortar de manera que encajasen con los otros, otros multiplicaban demasiado el coste de impresión, otros no se entendían bien sin el contexto de la cara y otros eran inadaptables a la cara de fondo.

Al final, los que más se pueden entender y más me gustan son los que llevaré hoy a clase. El formato de impresión es de Din-A4 porque en A-3, los fallos en las tonalidades de la piel y la distancia del gesto a la cara de fondo serían perceptibles desde bastante lejos. La única forma de que se percibiera como un conjunto era hacerlo lo más pequeño posible.

Los “gestos” son: 6 frentes con cejas, 13 pares de ojos, 1 gafas de sol, 3 pelos diferentes, 1 frente con ojos y nariz, 2 frentes con ojos sin nariz, 53 bocas y 8 narices. Todo da un resultado de 2585022 combinaciones posibles, bastante digno.

Además también viene a decir que una foto no somos nosotros, que somos mucho más complejos y diversos como para que una foto trate de hacernos justicia.

Mañana subiré las fotos de los inventos y así no estropeo la sorpresa.

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